El entrenador, que llevara a GEPU a obtener su segundo campeonato, brindó detalles de aquel sexto partido consagratorio ante Atenas en Córdoba. En un nuevo aniversario del título dijo que es “una satisfacción haber dejado esa huella, una marca tan importante y trascendente para el deporte de San Luis”.
Al cumplirse un nuevo aniversario de la obtención del segundo título en la Liga Nacional de GEPU, Orlando Ferratto dialogó con SLDES, recordando aquel sexto partido que definió la serie a favor del equipo de San Luis. El entrenador fue parte de los ‘años dorados’ del básquet en la provincia, siendo asistente en el primer campeonato y head coach del equipo que le ganó a Atenas en Córdoba la edición 92/93 del máximo certamen del básquet argentino.
“Para hablar del campeonato obtenido en el 29 de mayo del ‘93, debemos, de alguna forma, entender el contexto y la evolución del equipo durante todo el año, y muy especialmente en las semifinales con Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia”, dijo al comienzo de la charla Ferratto.
“Esas semifinales fueron al mejor de cinco, nosotros arrancamos jugando de local los primeros dos partidos y ganamos el primero, perdimos el segundo; fuimos a jugar la clasificación a la final a Comodoro con la desventaja de que sí o sí teníamos que ganar un partido de visitante para forzar el quinto”, recordó el actual coordinador del básquet del club ASEBA.
“Perdimos el tercero y el cuarto que es un partido que quedó en la historia, no solamente porque nos permitió a nosotros jugar y definir después la serie en San Luis, sino que en ese cuarto partido, un jugador de Gimnasia de Comodoro, Andrew Moten (el base), convirtió 63 puntos que hasta el día de la fecha sigue siendo el récord histórico de la Liga Nacional, ese equipo era dirigido-nada más y nada menos- por León Najnudel”.
Tras definir la serie 3-2 ante Comodoro en San Luis, llegó el turno de enfrentar a Atenas de Córdoba, que se había coronado, precisamente ante GEPU el año anterior. Campeón y subcampeón, volvían a verse las caras.
“Fueron las primeras finales que se jugaron al mejor de siete partidos con tres árbitros; a esa altura, Atenas-GEPU ya era un clásico regional y para toda la provincia, una revancha”, explicó.
GEPU tuvo un inicio arrollador en las finales, poniéndose rápidamente 3-0 arriba: ganó los dos primeros juegos en ‘El Ave Fenix’ y el primero de visitante en Córdoba. “Arrancamos bien ese tercer juego con mucha altura y confianza, con el 3-0 a favor, quedaban cuatro partidos para ganar uno y consagrarnos campeones” pero Atenas se recuperó y ganó los siguientes dos juegos.
“Después de la derrota en Córdoba, teníamos la posibilidad, en el quinto partido. de definirlo en San Luis; pero cuando todos pensaban que ahí se daba el campeonato, sucede lo maravilloso que ocurre en los play-offs, que es la inversión de la presión para el local, que tiene la obligación y la responsabilidad de ganar, y ocurre lo contrario, generalmente ocurre lo contrario, y acá no fue la excepción”, aseveró el entrenador.
Con el 3-2 a favor de GEPU, la serie se mudaba nuevamente a Córdoba con la gran posibilidad para Atenas de empatar la serie ante su gente. “Este fue un juego muy especial, no solo desde lo emocional para ambos equipos, sino también por cuestiones externas al juego. El estadio ‘Cerruti’ estaba explotado, al público se notaba tenso, murmuraba y se notaba la tensión dentro y afuera de la cancha, mostrando claramente que tenían mucha responsabilidad en ese partido y también tenían la obligación de ganarlo. Y creo que eso empezó a ser para nosotros el comienzo del éxito, porque sabíamos que teníamos que aprender a manejar esa situación y jugar con madurez para aprovechar esa ventaja que nos estaban dando”.
“Por eso, teniendo en cuenta ese aspecto, nosotros armamos nuestro plan de juego con una premisa fundamental que era llegar al cierre del partido con un score parejo o con ventaja a favor nuestro, en la medida de lo posible, porque sabíamos que los últimos minutos iban a ser decisivos y quien se manejara con más tranquilidad, se quedaba con el partido. Por suerte, así resultó y así fue”, contó Orlando Ferratto.
El partido fue un partido muy duro y difícil; muy trabado, con poco goleo, con mucha defensa y mucha tensión. “Terminamos 66-61, fue el score más bajo de la serie, pero bueno, creo que ahí nosotros pudimos mostrar nuestra mayor solidez, y poder manejar con madurez los momentos claves del cierre del juego, que a la postre nos dio el resultado final”, resumió.
El DT consideró que en ese último juego demostraron ser merecedores del título. “Fuimos primeros desde la primera fecha hasta la última. Fuimos el equipo más regular y a pesar de las dificultades, que lógicamente todo equipo tiene que ir superando, y más a partir de una competencia que dura 10 meses. Tuvimos la capacidad y la regularidad de sobreponernos a las dificultades y estar siempre enfocándonos en el trabajo y en el objetivo común que era lograr un título más para San Luis”.
Para Ferratto, el logro más importante que tuvo ese equipo que comandó hacia el título fue conseguir anteponer lo grupal por encima de lo individual. “Eso hizo que cada uno de los integrantes supiera perfectamente qué rol tenía que cumplir y lo que el grupo esperaba de cada uno de ellos; eso lo hicieron a la perfección. Terminamos armando un buen equipo de trabajo, un buen grupo humano y eso nos ayudó definitivamente a lograr cosas que en otras circunstancias estoy seguro de que no se podrían haber obtenido”, señaló.
El valor que tiene las conquistas de GEPU, según pasan los años, está en la reflexión final del entrenador: “Para mí, fueron uno de los logros deportivos más importantes que tuvo la provincia. La gente hasta el día de hoy lo recuerda y para nosotros no deja de ser una satisfacción haber hecho ese aporte y haber tenido la posibilidad de haber dejado esa huella, esa marca tan importante y tan trascendente para el deporte de San Luis”.
Fotos: Revista Solo Básquet/ Gentileza