El 16 de agosto de 1948 fallecía ‘Babe’ Ruth, uno de los mejores jugadores de béisbol de todos los tiempos.
Ese lunes, el béisbol amaneció en pausa. En Nueva York, a las 8:01 de la noche, George Herman “Babe” Ruth Jr. fallecía a los 53 años en el Memorial Hospital. La noticia se propagó como eco entre estadios, radios y portadas: el ídolo que había llenado tribunas con jonrones imposibles y gestos teatrales, se apagaba fuera de foco, tras una larga lucha contra el cáncer.
Durante tres días, su cuerpo fue velado en el Yankee Stadium. Más de 100.000 personas desfilaron en silencio frente al ataúd, bajo la mirada de los viejos arcos del Bronx. No hubo partidos memorables ni récords rotos ese día. Solo una certeza: el béisbol, por primera vez, parecía quedarse sin relato.
En ese silencio, resonaban los números que habían transformado el juego:
-714 cuadrangulares, cifra que durante décadas fue sinónimo de lo inalcanzable.
- 60 home runs en una sola temporada (1927), cuando el béisbol aún se debatía entre la estrategia y el espectáculo.
- Cuatro Series Mundiales con los Yankees, que pasaron de equipo en reconstrucción a dinastía gracias a su bate.
Y una revolución estética: Ruth convirtió el cuadrangular en símbolo de época, atrayendo multitudes y marcando el inicio del béisbol como entretenimiento masivo.
El 16 de agosto no murió solo un jugador. Murió el hombre que había hecho del béisbol una narrativa nacional.
Foto: Getty Images
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