BOXEO – El día que Alí 'se negó a combatir' y perdió su título mundial

El 28 de abril de 1967 Cassius Clay (ya era conocido como Muhammad Alí desde el ’64) se negó alistarse al servicio militar estadounidense para ir a Vietnam. Tal actitud le valió la pérdida del título mundial de los pesos completos. SLDES trascribe en esta nota, el discurso dado por el más grande boxeador de todos los tiempos. 

No sólo fue un prodigio en el cuadrilátero, también sacudió a la sociedad estadounidense de los 70. Luchó por los derechos civiles de la minoría negra y escandalizó al país al oponerse a la guerra de Vietnam. Su personalidad y sus creencias religiosas fueron el cóctel que lo llevaron a negarse a formar parte del ejército.

 El 28 de abril de 1967, fue protagonista de una revolución en el corazón del servicio militar estadounidense. Era el mismo joven que había vencido a Sonny Liston, pero con otro nombre, ése que adquirió unos meses después de lograr su primera consagración. 

Durante todo 1966 hubo sucesivos requerimientos contra la decisión de declararlo apto para el servicio, alegando razones de conciencia debido a su religión, pero sólo consiguió algún aplazamiento para que pudiera defender su título. 

Sus fuertes declaraciones opositoras no ayudaron, y tras una negativa del Tribunal Supremo a concederle un nuevo aplazamiento para su incorporación a filas, Mohammad Alí se presentó en el centro de entrenamiento del ejército de Houston. 

Permaneció inmóvil, callado, sin hacer caso a los requerimientos del oficial de alistamiento. Le repetían que sería condenado por desertor, pero él no abandonaba su postura. El campeón no respondía como Cassius Clay ni como Mohammad Alí. Ese mismo día, la Comisión Atlética del Estado de Nueva York le quitó su título mundial y de la licencia de boxeador. 

El discurso de Muhammad Ali para negarse a ir a la Guerra contra Vietnam 

Mi conciencia no me deja ir a dispararle a mi hermano, o a gente de piel oscura, o alguna pobre gente hambrienta en el barro por la gran y poderosa América. ¿Y dispararles por qué? Nunca me llamaron “negro”, nunca me lincharon, nunca me echaron los perros encima, no me quitaron mi nacionalidad, no me violaron y no mataron a mi madre y padre… ¿Dispararles por qué? ¿Cómo puedo dispararle a gente pobre? 

¿Por qué habrían de pedirme que use un uniforme y me vaya a 10,000 millas de casa y arroje bombas y balas a la gente morena en Vietnam, mientras que los llamados Negros en Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples? No, yo no voy a ir 10,000 millas lejos de mi casa para ayudar a asesinar y quemar otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los blancos esclavistas sobre las personas más oscuras en el mundo entero. 

Este es el día en que tales males deben llegar a su fin. Se me ha advertido que tomar esta postura me costaría millones de dólares. Pero lo he dicho una vez y lo diré otra vez. El verdadero enemigo de mi pueblo está aquí. No voy a deshonrar a mi religión, mi pueblo ni a mí mismo al convertirme en un instrumento para esclavizar a los que están luchando por su propia justicia, la libertad y la igualdad. 

Si creyera que la guerra va a llevar libertad e igualdad a 22 millones de mi pueblo, no tendrían que reclutarme, yo me uniría mañana. No tengo nada qué perder por defender mis creencias. Así que voy a ir a la cárcel, ¿y qué? Hemos estado en la cárcel desde hace 400 años. 

Fuente: www.infobae.com - www.gamba.cl 

Foto: Web.

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