FÚTBOL - Cuando Atlanta fue el más grande de los chicos (y de los grandes también)

El 29 de abril de 1960, el ‘Bohemio’ conquistó su único título oficial en Primera División. Fue el punto más alto de una época de oro del club de Villa Crespo, que menos de un mes después inauguró su estadio. Una historia que empezó desde la humildad y en el que Atlanta se llevó en una final épica ante Racing, la Copa Suecia. Un torneo que había arrancado más de dos años antes. 

La AFA decidió organizar la Copa Suecia para mantener activos a los planteles en el período en que la Selección Argentina se iba a disputar el Mundial al país escandinavo. El trofeo lo donó la Embajada sueca y el campeonato consistía en dos grupos de ocho equipos cada uno: el primero se clasificaba para la final. 

El 20 de abril fue el debut y Atlanta avisó que iba con todo: clavó un 4-1 a River en el Monumental (pocos meses después, por el campeonato, se impuso 3-0 ante el mismo rival también en Núñez). A la semana siguiente, otra vez vapuleó a un grande: fue 4-2 contra Independiente en Villa Crespo. Y así siguió el equipo con su marcha triunfal para ponerse primero del grupo B, pero a fines de junio, cuando ya se habían disputado once fechas de la Copa, los dirigentes de la AFA advirtieron una situación con la que no contaron a tiempo: había que reanudar lo antes posible el campeonato regular (que se había frenado en la tercera fecha, con Atlanta puntero con puntaje ideal) y no había fechas para terminar de manera medianamente prolija la aventura que había empezado dos meses antes. 

La fase de grupos de la Copa se terminó de jugar a cuentagotas. Faltaban tres fechas: una se disputó en agosto, otra en octubre y la última deshilachada entre noviembre, diciembre (Argentinos le ganó 5-0 a San Lorenzo el 30, cuando ya empezaban a servirse las copas para el brindis de Fin de año), y enero y abril del 59. 

Al cabo de ese mamarracho, Racing quedó líder del grupo A y Atlanta y Central resultaron igualados en la cima del B, con 17 puntos. Desempataron el 29 de abril de 1959 en Rosario y el Bohemio se impuso 1-0 con un gol del uruguayo Walter Cata Roque. Pero quedaba un problema: cuándo se jugaría la final de un torneo que para la AFA se había vuelto una molestia. 

Fue recién a comienzos de 1960 que la AFA se dignó a ponerle fecha al desenlace del torneo. Y la fijó para el 29 de abril, exactamente un año después de aquella semifinal en Rosario. Dos años y nueve días después del ya lejano debut contra River, con un plantel diferente, le llegó a Atlanta la oportunidad de conseguir su primer título en Primera División. 

Fue en el Viejo Gasómetro, la cancha de San Lorenzo, con un equipo integrado por muchos que se erigieron como próceres del club. La formación, con Manuel Giúdice como DT, arrancaba con Néstor Errea, pionero entre los arqueros que empezaron a jugar más lejos del arco e inspirador de Hugo Gatti, que por ese entonces lo miraba desde las divisiones juveniles del club. En la defensa, Clariá y Nuin. El mediocampo era una histórica línea media bohemia: Desanzo, Carlos Griguol y Rodolfo Bettinotti (el hombre que más minutos vistió la camiseta azul y amarilla). Y adelante Mario Griguol, el juvenil Alberto González (que poco después se iría a Boca), Domingo Rodríguez, Bellomo y Walter Roque. Enfrente estaba un Racing temible, vigente campeón del fútbol argentino: Negri; Anido y Juan Carlos Murúa; De Vicente, Cap y Gianella; Manuel Alberto Murúa, Ferrero, Pizzuti, Sosa y Belén. 

Arrancó muy bien la historia para Atlanta, con un gol de tiro libre de Nuin a los 11 minutos. Pero a los 24’ se complicó todo porque Mario Griguol se desgarró: como en aquel entonces no había posibilidad de cambios, el equipo tuvo que remar desde ahí con diez jugadores. Aún en inferioridad numérica, Bellomo estiró la diferencia a los 41’. Ya en el complemento hubo que sufrir por el descuento del Marques Sosa a los 18’. Pero a los 29’ Gonzalito puso el definitivo 3-1 que le dio el título a Atlanta. 

Se festejó en el barrio y en el Viejo Gasómetro, incluso pese a una pequeña manchita que apareció en el camino, contada por el Pocho Bettinotti en el libro "Atlanta - Una historia de valientes": "Desde la platea le dieron un monedazo a la copa, que era de cristal. Le rompieron un pedacito y hubo que hacerla arreglar". Aquel equipo glorioso tenía finalmente su premio. Aunque el ciclo glorioso de ese momento del club tenía espacio para más: el 25 de mayo, menos de un mes después de aquella coronación, Atlanta inauguró su nueva cancha. Esa que tuvo a su dirigente histórico como gran impulsor y que hoy, con toda justicia, se llama León Kolbowski. 

Fuente y fotos: www.clarin.com – Sentimiento Bohemio

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