El 10 de junio está marcado con un círculo rojo en el almanaque sanlorencista. En la misma fecha, pero de distinto año, claro, el Nuevo Gasómetro registró dos momentos emotivos: la vuelta de la mano de Pellegrini en 2001 y la consagración con Ramón Díaz en el Clausura 2007.
San Lorenzo venía envuelto en problemas en el arranque del Clausura 2001, con atrasos en los salarios que generaban bastante malestar en el plantel. En la pretemporada y por diferencias con el presidente Fernando Miele, renunciaba el entrenador Oscar Ruggeri y el Clausura se inició con un interinato de Victorio Cocco y Víctor Doria.
Para la tercera fecha llegó un entrenador practicamente desconocido para el medio local, el chileno Manuel Pellegrini, que para agregarle dramatismo a la historia que iba a escribir, debutó con derrota en cancha de Racing.
Tras asumir y tratar de ordenar un vestuario que estaba cansado de deudas y excusas, mete dos triunfos seguidos que le templaron el ánimo y fueron generando confianza entre el entrenador y sus dirigidos. Un 2 a 0 a Belgrano y 1 a 0 a Almagro en cancha de Platense.
Afirmado primero en una defensa sólida que sin duda sale de memoria en los futboleros: Tuzzio, Amelli, Coloccini y el paraguayo Morel Rodríguez, que además de patrullar la banda izquierda, se fue haciendo dueño de la pelota parada con su pegada potente y precisa.
Sin embargo, como todo buena historia, iba a tener suspenso. En la fecha seis igualó con Huracán, tras un recordado grosero error de Saja y en la séptima, cayó 3 a 1 con River, que era el puntero en ese momento y con la victoria le sacaba 5 puntos de ventaja en la tabla al club de Boedo.
Ese sería el último partido en el que San Lorenzo se iría sin puntos en el torneo. Es más iba a construir varios récords hacia adelante: el de triunfos consecutivos en primera división, con 13 (11 del Clausura y los dos primeros del toneo siguiente, superando la racha de Independiente en la década del 30) y récord de puntos en torneos cortos con 47.
Las victorias se fueron agolpando: Vélez (2-0), Colón (3-1), Central (3-0), Independiente (3-2), Talleres (3-0). Y tras esta goleada en Córdoba, se convirtió en uno de los líderes del torneo, que iba a disputar con su último vencedor antes de la racha, River.
Pero el Ciclón siguió soplando fuerte: Los Andes (1-0), Estudiantes (5-0), Chacarita (4-0), Boca (1-0). Faltaban dos fechas y la paridad con River no se saldaba: los del Ingeniero visitaban a Argentinos en cancha de Ferro y ahí le ganaban 2-0 al equipo del 'Checho' Batista con goles de Bernardo Romeo (iba a terminar goleador del Clausura, con 15 tantos).
Los jugadores se quedaron en la cancha esperando que terminara el choque de River, que enfrentaba nada menos que a Huracán y en el 'Tomás Adolfo Ducó'; recibió la mano menos pensada, cuando Huracán derrotó al River de Américo Gallego por 3 a 2.
El 10 de junio de 2001, el conjunto Azulgrana se consagró campeón del Torneo Clausura al ganar en la última fecha a Unión de Santa Fe, por 2 a 1, en el estadio Pedro Bidegain.
El Falcon de Ramón
Antes del arranque del torneo, Ramón Díaz dijo que "San Lorenzo no es una Ferrari, es un Falcon familiar”, aseguró que su equipo "será duro y no regalará nada" durante el Apertura.
Ramón Díaz, como no podía ser de otra manera, empezó su campaña en San Lorenzo entre las miradas de reojo de los periodistas y con un estigma para sacarse: que sólo podía salir campeón en River con una billetera abultada y muy buenos jugadores.
También, y como para no ser menos, debía desmentir todo lo que se había dicho de él, sin ir más lejos que aquel River multicampeón en realidad era dirigido por Enzo Francescoli en lugar de él mismo (el uruguayo, dicho sea de paso, siempre se encargó de alentar aquellas habladurías).
El Pelado llegó para ese mismo torneo y, sin incorporaciones rutilantes (Aureliano Torres, Cristian Ledesma y Gastón Fernández), logró motivar a un equipo que empezó a salir de memoria, en el que se destacaron Agustín Orion, Sebastián Méndez, Ledesma y el tridente ofensivo compuesto por Fernández, Andrés Silvera y Lavezzi.
Aunque estos tres recién comenzaron a jugar juntos a mitad del torneo, ese poder de gol fue irresistible para los rivales de turno. Un triunfo implacable ante Boca en la Bombonera, éxitos en su paso por el Interior del país, una racha que encandiló al resto, un partidazo para vencer 4-3 a Independiente y la goleada 3-0 sobre Racing son destellos de una campaña que se destacó por la inteligencia y la determinación de un grupo que ese 10 de junio, una fecha antes del final del torneo, se coronó al superar 4-2 a Arsenal.
San Lorenzo además cimentó su camino hacia el título jugando como local: disputó diez partidos, ganó nueve, empató uno, marcó 21 goles y apenas le anotaron 9. Es decir ganó 28 puntos de 30, algo rarísimo para San Lorenzo que pocas veces en su historia hizo pesar tanto la condición de local como en esta oportunidad.
Con información de varias web
Fotos: www.mundoalzulgrana.com.ar - www.ambito.com
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