Vencer las 24 Horas de Le Mans te da un lugar en la historia… y un Rolex Daytona único. Descubre el reloj que premia a los héroes del automovilismo. 

Ganar las 24 Horas de Le Mans significa entrar en el Olimpo de los pilotos más grandes de la historia del automovilismo. Este es uno de los más grandes retos que existen, tanto para pilotos como para equipos y vehículos participantes, ya que la noche, el día, las temperaturas, el cansancio, la lluvia… llevan al límite a todos y a cada uno de los componentes de un equipo de carreras. 

Robert Kubica, Yifei Ye y Philip Hanson, pilotos del Ferrari AF Corse #83, han escrito una página en los libros de la historia de las 24 Horas de Le Mans en particular y del motorsport en general. Esta es, sin duda, la victoria más importante de sus carreras deportivas, puesto que consiguieron superarse a sí mismos para batir a otros fabricantes (Porsche, Toyota, Peugeot…) y a sus ‘jefes de filas’: los dos prototipos oficiales de Ferrari. 

Lograrlo en un año tan reñido como este añade aún más valor a su gesta. La igualdad entre los principales fabricantes fue máxima, y la estrategia, la constancia y la gestión del tráfico marcaron la diferencia en las últimas horas de competición. La presión no hizo sino aumentar, y el trío del #83 - con protagonismo especial de Kubica - respondió sin cometer errores. 

Además del trofeo de la victoria y el honor de subir al puesto más alto del podio de las 24 Horas de Le Mans, el trío vencedor de la prueba recibe un homenaje por parte de Rolex, socio y cronometrador oficial de la cita desde el año 2001. Cada uno de los pilotos luce un exclusivo reloj Rolex Daytona grabado, denominado Oyster Perpetual Cosmograph Daytona. 

Se trata de un cronógrafo de alto rendimiento, diseñado para ofrecer precisión, durabilidad y una estética deportiva de alto nivel. Su característica más distintiva es el bisel Cerachrom negro con escala taquimétrica, que permite medir velocidades medias de hasta 400 km/h o millas por hora. Este bisel, fabricado en cerámica de alta tecnología, es resistente a los arañazos, a los rayos UV y a la corrosión. La escala está grabada y recubierta con platino mediante técnica PVD, lo que asegura una legibilidad excelente incluso en condiciones exigentes. 

El modelo incorpora una esfera blanca con contadores de cronógrafo en disposición tricompax, con círculos concéntricos y visualización Chromalight, un material luminiscente de alta legibilidad. Los índices son de oro blanco de 18 quilates. 

La caja está fabricada en acero Oystersteel, una aleación exclusiva de Rolex extremadamente resistente a la corrosión y capaz de mantener un acabado pulido impecable incluso en entornos extremos. El conjunto se completa con un brazalete Oyster de eslabones planos, que combina robustez, confort y elegancia, reafirmando el equilibrio perfecto entre funcionalidad y diseño característico del Daytona. 

El precio del reloj parte desde los 16.100 euros para los modelos en acero Oystersteel, pero puede elevarse considerablemente en versiones con acabados en oro amarillo, oro blanco, platino o oro Everose, así como aquellas engastadas con diamantes, alcanzando hasta 132.000 euros. Ni hablar, por supuesto, de ediciones especiales como la que lucieron los ganadores de las 24 Horas de Le Mans. 

Tom Kristensen, embajador de Rolex y nueve veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, valoró de este modo la carrera de este año, que estuvo particularmente igualada y tuvo a varios prototipos en la batalla hasta los últimos momentos de la misma: 

“Las 24 Horas de Le Mans de este año fueron intensamente competitivas, y Ferrari ofreció una sólida actuación que resultó ganadora. Robert Kubica, Philip Hanson y Yifei Ye pilotaron con gran control, y aunque el Porsche n.º 6 presentó batalla, fue una victoria merecida para AF Corse. Le Mans premia el rendimiento, y ellos se ganaron su lugar en la historia”, comentó Kristensen. 

“Recibir un Rolex Daytona en el podio, tras demostrar tanta dedicación y perseverancia, es especialmente memorable: el reloj contará para siempre la historia de esta carrera y de ese momento tan especial. Llevamos una victoria en Le Mans con orgullo durante el resto de nuestras vidas, y lo mismo ocurre con el reloj”, añadió el vencedor en 1997 y después entre 2000 y 2005, también en 2008 y 2013. 

El Rolex Daytona lleva la competición en su propia denominación, ya que toma su nombre del circuito de Daytona, otra de las pistas más desafiantes del mundo. Creado en 1963, ganó popularidad entre pilotos y figuras reconocidas como Jackie Stewart, Tom Kristensen, Paul Newman… y tantos otros competidores que han forjado su leyenda en las más famosas pistas de carreras. 

Desde entonces, el Daytona ha mantenido una relación muy cercana con el automovilismo. Fue diseñado como herramienta profesional, pero su carisma lo ha llevado más allá de los circuitos. Paul Newman, actor y piloto, contribuyó sin quererlo a convertirlo en un objeto de culto. Su ejemplar personal, subastado en 2017, alcanzó los 17,8 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los relojes más caros jamás vendidos. 

Fuente y foto: www.autobild.es

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