La elitista firma británica cuida al máximo cada detalle en los automóviles que construye. Y eso incluye su olor, cuya fórmula es propia de un auténtico perfume de lujo.
En su eterna búsqueda de la excelencia automovilística, Rolls-Royce construye sus automóviles para que puedan disfrutarse con los cinco sentidos. Obviamente, la vista toma en ellos el protagonismo, secundado por el tacto de sus excelsos materiales y acabados. Pero el olfato también juega un papel clave, especialmente en una de sus últimas creaciones, el renovado Phantom.
No en vano, en este modelo la firma británica introdujo lo que denominan Rolls-Royce Scent, una esencia que se integra, según ellos mismos explican, con los aromas propios de los materiales naturales empleados en el habitáculo, como el cuero o la madera.
El auténtico aroma del lujo
Creada por los maestros del perfume que trabajan en su propia división Bespoke, la Rolls-Royce Scent combina esos aromas de habitáculo lujoso con notas perfectamente medidas de varios aromas amaderados, como el Amyris, el cedro, el palo rosa o el iris. Con ello, según declaran desde la propia marca, consiguen capturar y enfatizar esa sensación de serenidad que forma parte de la experiencia de poseer y conducir un Rolls-Royce.
Así, el cedro y sus especias aportan una sensación de calma, mientras el palo rosa añade una nota seca y ligeramente dulce. El iris y el Amyris representan el toque de la naturaleza, el primero a través de un aroma floral, mientras el segundo evoca el humo y la madera.
La Rolls-Royce Scent se disemina por el habitáculo del Phantom gracias a un sistema difusor que, cómo no, está diseñado específicamente por la propia marca para garantizar que esta fragancia se libera en dosis muy leves, garantizando una experiencia aromática que, ciertamente (o que nosotros sepamos) no tiene parangón entre los automóviles de lujo.
Fuente: www.caranddriver.com
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