El 17 de junio de 1972, Carlos Monzón le ganaba por abandono en el 13° asalto a Jean Claude Bouttier, reteniendo por quinta vez la corona de los medianos. Fue una verdadera demostración de contundencia del mejor boxeador de aquellos tiempos en el mítico estadio Colombes de la capital francesa.
Colombes es todo un símbolo en el deporte francés. Hasta la reconstrucción del Parque de los Príncipes de París, en 1972, allí se jugaron, durante medio siglo, muchos partidos internacionales de las selecciones tricolores de fútbol y rugby, así como las finales de la Copa de Francia de estos dos deportes.
Al mismo tiempo, el estadio multiusos recibió a estrellas de otros deportes, como el mítico atleta checoslovaco Emil Zatopek, que corrió un mitin en 1954, o el boxeador argentino Carlos Monzón, que defendió con éxito en Colombes, ante 30.000 espectadores, su corona mundial del peso medio ante el galo Jean Claude Bouttier.
Una gran expectativa
Jean Claude Bouttier es un capítulo muy grande en la historia del boxeo francés. Combatió entre 1965 y 1974. Era la gran esperanza del boxeo galo.
En horas de la tarde era imposible conseguir alguna mesa en los bares vecinos al estadio Colombes donde se realizó la pelea por el título mundial de la categoría mediano; en las calles adyacentes se vendía de todo con el nombre del retador francés: gorritos, relojes, largavistas, posters. Todo llevaba la marca ‘Bouttier’. Lo que se desconoció después de la pelea es dónde fueron a parar todas las remeras con la inscripción: ‘Bouttier, campeón del mundo’.
Las figuras de la época en el ring side
Notables figuras presenciaron el festival boxístico, pero todas ellas arribaron cuando estaba por comenzar la pelea estelar para que el público los reconozca y los aplauda. Cuando finalizó el espectáculo se retiraron raudamente.
Se pudo observar a los actores Yul Brynner, Claude Lelouch, Lino Ventura, Alain Delon junto a su esposa Mireille Darc y Jean Paul Belmondo.
Del deporte de las narices chatas aparecieron las figuras del legendario George Carp, Nino Benvenutti, el recordado Marcel Pigou, aquel que le ganó a Eduardo ‘KO‘ Lausse, Georges Carpentier (fue campeón mundial semipesado), Bruno Arcari y Oscar Natalio Bonavena.
Un combate desigual
Jean Claude cayó en el sexto asalto. Pero se levantó y a pesar de que Monzón intentó rematarlo, esta vez no pudo, aunque su retador terminó abandonando en el 12do round. Nadie pudo reprocharle nada.
En ese desigual combate, el desequilibrió apareció en el noveno asalto; además en el capítulo siguiente Bouttier miró casi con compasión a su rincón pidiendo protección a Maguirre y Bretonel, como solicitando ayuda urgente ante la andanada de golpes del campeón.
Abandono del retador
Cuando sonó la campana en el duodécimo asalto, Bouttier llegó a su rincón con las piernas totalmente duras y sin sensibilidad, se sentó en el banco y echó la cabeza hacia atrás, lo bañaron con agua helada y una toalla no dejaba observar cómo aspiraba las sales de amoníaco, en esos momentos habló con Bretonell y Maguirre, quienes lo consultaron si podía continuar peleando, moviendo su rostro en forma negativa y el segundo principal le dijo al árbitro alemán Durst que no continuaba la pelea.
Monzón se dirigió al centro del ring y la comitiva argentina estalló con gritos de alegría, especialmente el maestro Amílcar Oreste Brusa, el promotor Juan Carlos Lectoure, el profesor Patricio Russo, el Dr. Roberto Paladino, Daniel González, Humberto Salguero y otros.
Tarjeta insólita
Los siete periodistas argentinos enviados especiales a cubrir dicho acontecimiento, además de los hombres de la prensa francesa y europea, llevaban claras ventajas para 'Escopeta' Monzón, lo mismo para el jurado italiano Brambilla y el árbitro alemán Drous. Sin embargo, la sorpresa la brindaba el británico Ronald Dakin, quien en su tarjeta tenía en forma insólita, tres puntos de ventaja para el francés, quien había anunciado su abandono a seguir combatiendo debido a la paliza que estaba recibiendo en el ring del histórico estadio de Colombes.
... Y cantó Gardel
París fue escenario de una contundente actuación de Carlos Monzón. Antes de descender del cuadrilátero y a pesar del dolor que tenían los aficionados franceses, éstos se rindieron ante el mejor pugilista de esa categoría.
Mientras se escuchaban los aplausos respetuosos del soberano, como fondo de las palabras del locutor, se podían apreciar los sones de un tango y la voz inconfundible de Carlos Gardel, ‘El Zorzal Criollo’, que sigue uniendo a galos y argentinos.
Fuente: www.espn.com.ar - www.ellitoral.com
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