El 5 de julio de 1953, el equipo de Juan Aurich retornaba a Chiclayo tras haber jugado un amistoso en Trujillo ante el Rambler de dicha localidad, cuando el ómnibus en el que se trasladaban los jugadores fue arrollado por un tren a la salida de la ciudad liberteña; en el sector conocido como ‘cruce de la muerte’. Es una de las tragedias más recordadas del fútbol peruano, la primera en la historia deportiva del país.
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