El 14 de septiembre de 1923, Luis Ángel Firpo protagonizó una de las gestas más recordadas del deporte argentino: enfrentó al campeón mundial Jack Dempsey, lo derribó fuera del ring y, aunque no ganó el combate, entró en la historia como símbolo de coraje y dignidad. Aquella noche marcó el ingreso de Argentina al boxeo internacional y dio origen al Día del Boxeador.
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