El 13 de junio de 1982 quedará marcado en la historia del fútbol por haber sido el día en el que Diego Armando Maradona debutó en una Copa del Mundo.
Con 21 años y días después de su millonaria transferencia de Boca a Barcelona, Maradona jugó su primer partido en la máxima cita mundial en la sorpresiva derrota por 1-0 ante Bélgica en el partido inaugural disputado en el estadio Camp Nou con más de 90 mil espectadores.
Por disposición de la FIFA y tal como había sucedido en 1978, César Luis Menotti repartió los dorsales de acuerdo al orden alfabético de los apellidos de los futbolistas por lo que a Hernández le tocó el 10 y a Maradona la 12.
"Durante dos o tres días, Diego estuvo intranquilo y contrariado y yo me imaginaba que era por el tema de la camiseta. Un día estábamos tomando mate temprano y me dice: "'Patri', yo quisiera jugar con la 10". Y ahí yo le dije 'olvidate, es tuya'", recuerda Patricio Hernández, quien era su compañero de habitación.
"Cyterszpiler, su representante, se portó mal porque le fue a pedir directamente a Menotti la camiseta y el 'Flaco’, como buen líder, le dijo que hablen conmigo. Yo no tenía nada que hablar con él, solo cuando Diego me la pidió, accedí porque era un gusto que la use el mejor del mundo", agregó Hernández.
"En los días previos había mucha tensión, por ser la inauguración, porque éramos los campeones del mundo y por la Guerra de Malvinas. Esto último se nombra poco pero fue un detalle no menor que también nos puso nerviosos", destaca sobre ese junio de 1982 que tenía a nuestro país en vilo por la visita del papa Juan Pablo II y la inminente rendición en las Islas Malvinas.
Maradona tuvo un debut con poco brillo, algunos diarios puntuaron su actuación con un 5, pero en el segundo tiempo tuvo la situación más clara para empatar el partido que había abierto Vandenbergh, a los 18 minutos del segundo tiempo, con un tiro libre que se estrelló en el travesaño.
"Después del debut, Diego estaba muy triste, caído y amargado. Cuando no le salían las cosas, era de hacerse mucho problema y encima tenía todo el peso de querer demostrar tanto", rememora Hernández, quien compartió días inolvidables con un Maradona "genuino y llenó de sueños".
"No me podría haber tocado un compañero mejor. Nunca en mi vida había estado con alguien que quisiera dormir con la pelota en la almohada. Nuestras charlas eran en torno a un profundo amor por el fútbol", remarca el mediocampista ofensivo que brilló en Estudiantes de La Plata de la mano de Carlos Bilardo y se ganó la convocatoria para el seleccionado de Menotti.
En ese primer partido, el Flaco alineó a Ubaldo Fillol; Luis Galván, Jorge Olguín, Daniel Passarella (capitán) y Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Américo Gallego y Maradona; Daniel Bertoni, Ramón Díaz y Mario Kempes.
En el segundo tiempo hizo un solo cambio y fue el ingreso de Jorge Valdano por el Ramón Díaz, quien junto a Maradona se había destacado en el Mundial juvenil de 1979 y llegaba para reforzar a la base del equipo que logró la primera estrella del Mundo en 1978.
Cinco días después, Argentina derrotó a Hungría por 4-1 y Maradona marcó sus primeros dos goles en Mundiales pero la participación del equipo de Menotti terminó en decepción.
El campeón no pudo defender el título y fue eliminado en la segunda fase tras perder primero contra Italia (2-1) y luego ante Brasil (3-1) con la recordada expulsión de Maradona tras un planchazo que fue una muestra de su frustración.
Jerónimo Granero – TELAM
Fuente y foto: www.elgrafico.com.ar
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