El 17 de julio de 2015, el mundo del automovilismo se tiñó de luto. Tras nueve meses en coma, el joven piloto francés Jules Bianchi falleció a los 25 años, víctima de un accidente ocurrido en el Gran Premio de Japón de 2014. Su muerte marcó un antes y un después en la seguridad de la Fórmula 1, dando origen a medidas que hoy salvan vidas.
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