
El 1 de diciembre de 1973, en pleno apartheid, Bob Foster defendió su título mundial semipesado frente a Pierre Fourie en Johannesburgo y se convirtió en el primer boxeador negro en vencer a un rival blanco en suelo sudafricano. Ante 40.000 espectadores, su triunfo por decisión unánime marcó un hito deportivo y social, aunque su silencio frente a la política racial generó tanto admiración como controversia.
El Rand Stadium de Johannesburgo recibió a más de 40.000 espectadores, en un público multirracial pero segregado por las leyes del apartheid. La expectativa era enorme: Fourie, símbolo del orgullo sudafricano, buscaba lo imposible ante un campeón que llegaba con fama de invencible. Foster, con su jab largo y demoledor, impuso condiciones desde el inicio y mantuvo a distancia al retador.
Round tras round, el estadounidense castigó con precisión y potencia. Fourie, valiente y decidido, intentó acortar la distancia, pero se encontró con la muralla técnica de Foster. La pelea se convirtió en un reflejo de la desigualdad: un público dividido entre la esperanza de ver a su compatriota triunfar y la admiración por la superioridad del visitante.
Tras 15 asaltos, los jueces fueron claros: victoria unánime para Bob Foster. El campeón se llevó un récord de 200.000 dólares y el reconocimiento internacional. Sin embargo, su silencio frente al apartheid generó controversia: mientras en el ring derribaba barreras, fuera de él evitaba pronunciarse sobre la política racial, elogiando a la ciudad y esquivando preguntas incómodas.
La llamada ‘Pelea del Siglo’ en Sudáfrica quedó grabada como un hito deportivo y social. Bob Foster defendió su corona y escribió una página en la historia del boxeo, en un contexto donde cada golpe resonaba más allá del cuadrilátero.
El gobierno sudafricano utilizó el combate como propaganda, presentándolo como un ejemplo de ‘convivencia’ racial. En realidad, la pelea se desarrolló bajo las mismas leyes de segregación que regían todos los aspectos de la vida cotidiana.
Muchos sudafricanos negros celebraron la victoria de Foster como un símbolo de resistencia, aunque otros criticaron su falta de compromiso político. El combate fue visto como un triunfo deportivo, pero también como una oportunidad perdida para denunciar el apartheid.
Foto:
Video: YouTube